Terminó la boda del año en Mallorca y muchos vecinos/as de Manacor y comarca han sido testigos en primera persona. Era imposible llegar al lugar de la ceremonia y a la fiesta de la boda entre Rafa Nadal y María Francisca Perelló, incluso al final de la velada los medios de comunicación sin ninguna foto de los recién casados sospechaban que había exclusiva en Hola y que se habían quedado con un palmo de narices después de buscar una instantánea horas y horas.

Habían cuidado su boda Rafa y Mery, ningún espectáculo de cara a la galería, ningún móvil, en intimidad, cada uno libre, sin espías, sin sobresaltos. El domingo por la tarde se ofrecieron dos fotos de la pareja, ambos felices y posando para la posteridad. Una seria y otra desenfadada. Ninguna otra de momento de los protagonistas. Esas fotos esconden muchas partes de ambos trajes. Silencio sepulcral en la familia de María Francisca, por su parte los padres de Rafa, escuetos, todo muy bien.

Fue un día muy bonito según testigos presenciales, muchos deportistas en la fiesta, muchos amigos de la pareja y todos los familiares de ambos. Una boda que se le quiso quitar el relumbrón y la separación entre invitados. Los denominados anónimos compartieron fiesta con los famosos y los invitados presentes fueron parte del todo con los populares. El domingo en Manacor hubo mucha movida, el día después, comentarios de toda índole, versiones para todos los gustos. Una boda sin mayores profundidades con unos novios especiales.