Editorial: Tengo la ilusión y la certeza que muy pronto volverán las actividades presenciales, que todo quedará en un mal recuerdo. Que volvemos a nuestra actividad que dejamos pendiente y que la economía vuelva a la senda del éxito. La quinta ola confirma que no se nos puede dar ninguna confianza y que los mensajes no pueden ser a medias. Llegará la vacuna o el antídoto al 80% de la población y comenzaremos a respirar sin mayores problemas. Los sanitarios atenderán las enfermedades habituales y ordinarias (que no es poco) y los centros de salud seguirán con su rutina lo mismo que los hospitales.

Muy pronto el alcalde de Manacor y los de otros pueblos de Mallorca realizarán los Plenos de cada mes presenciales y allí se verán las caras Gobierno y Oposición, ante la gestión y la fiscalización. Sin frías pantallas de por medio, sin tecnología que lo afea todo. En directo, con la impronta y personalidad de cada uno. Volverán como deben ser las fiestas, la música, los museos, los encuentros sociales, las conferencias, la presentación de libros, los conciertos. Nos olvidaremos de los aforos, las distancias y el alcohol o gel de las manos. Todo está a punto de comenzar.

Recuerdo con nostalgia las cenas solidarias y subastas de arte de Llevant en Marxa, APROP, Los Rotarios, Estel de Llevant o cualquier iniciativa encaminada a recaudar fondos para fines sociales que hacían posible milagros nacidos en nuestro municipio y en la comarca. Las magníficas actuaciones de la Banda de Música de Manacor, las fiestas del municipio en todas sus modalidades, en la ciudad, Porto Cristo, S'Illot, Son Macià, las 4 Calas, Cala Murada y Calas de Mallorca. La fiesta del turista. Y como no, aquellas gestas que nos hicieron famosos de la mano de Jaime de Juan i Pons de S'Illot y Sa Duaia, donde hicimos la paella más grande del mundo y otras lindezas de nuestra alma interior.

Volverán los conciertos los sábados a la plaza de las verduras (ahora que los puestos comenzarán a estar llenos cuando se adjudiquen). Las visitas al Museo regularán el tránsito de los residentes y muy pronto se celebrarán populares exposiciones en el marco incomparable de la torre. Será momento cuando todo se normalice de decidir que se hace con el recinto de la piscina, no puede perderse un espacio de ocio que tanto dinero nos ha costado, habrá que hacer un pensamiento en serio, sin pamplinas ni bobadas. Lo que sea pero rápido, somos 47.399 habitantes y no estamos para dilapidar zonas e infraestructuras que ya están hechas y dispuestas para su uso.

Se volverá a regular Manacor como siempre ha estado y cada bar y restaurante ocupará su espacio, ahora han desparramado mesas y sillas por todo el pueblo como si Manacor fuese un bazar de la restauración. Seguro que prefieren concentrar sus esfuerzos y aforos dentro del local y en la terraza de antaño, ahora no son acogedores, lo provisional les quita personalidad y convierte la seriedad de un bello oficio en algo de saldo. Estoy seguro que muy pronto esta nueva ola será historia, nos ha pillado con el paso cambiado, salir de una cárcel hace que cometamos errores. Si el ocio nocturno está abierto los botellones salvajes terminarán y serán menos multitudinarios. Además los jóvenes le han visto las orejas al virus.

Y vendrá Sant Antoni, con su primer baile, los Dimonis, las Completes, las Carrozas. La Jornada de Cuina. Seguro que muy pronto en Porto Cristo llegan las noches de tapas los miércoles y en Manacor los jueves. Está a la vuelta de la esquina que dejemos los contagios en un rincón y que los tardeos no sean una utopía por sus riesgos e infecciones. Me dijo una amiga que para Santa Isabel veríamos un poco la luz y fue ayer domingo 4 de julio el día de esa Santa. Y el 7 de julio San Fermín, suspendido con todo el dolor del mundo, como aquí la mayoría de fiestas que no serán presenciales. La quinta ola es el prólogo de una enfermedad que ya tiene fin escrito, se ven las últimas páginas asomar.