Editorial: El ambiente en este país troceado, dividido, y sin igualdad, es irrespirable. Quienes no cumplen la ley y han dejado de ser ejemplares son premiados. Son momentos de gran incertidumbre, los valores han dejado de ser moneda de curso legal. Sánchez y su banda han pervertido y manoseado la separación de poderes, ahora no somos todos iguales ante la carta magna. Se ha pisoteado la concordia y el abrazo de 1978. Todo vale. La desazón se apodera de quienes hemos creído que la reconciliación no era impostada. Vientos de represión y con los autócratas vigentes, todo huele a interés, asalto del poder, dictadura. Quién nos lo iba a decir que nuestros referentes y ejemplos, nuestros estadistas, serían ETA-Bildu, Otegi, los cooperadores necesarios del PNV, Junqueras y la traición al proletariado por el sillón permanente y el invento de una nueva patría, Puigdemont y la burguesía catalana, la misma que lleva traicionando a España hace varios siglos.

El comunismo de Yolanda Diaz y otras fuerzas independentistas y nacionalistas que tienen como almohada y consulta a Putín, China, Corea, Venezuela, Cuba, Hamas, Nicaragua, Brasil, y tantas instancias del grupo de Puebla con ZP, Bill Gates y Soros como estatuas de oro en los rezos del imperio. Se fue la poesía y la lírica. Vuelven los bandos, los muros, la guerra entre hermanos, la soberbia, Troya, Babel. Que nos ha pasado después de tantos años conviviendo en el óptimo del respeto. Volver a nuestros errores por el egoísmo del poder. Un gobierno pendenciero y chatarra. Muchos estamos desolados, destruidos, afónicos. La banda del 2018 no tienen límites y al final está claro que terminaremos como nadie desea, la libertad es sagrada y bien merece por nuestros hijos defenderla hasta donde haga falta.

Sánchez, por mucho que señales a otros, tu eres el fascista, tu talante ha devuelto al tablero aquellas prácticas de Gobierno que prometimos desterrar de nuestras vidas. No conozco al socialismo de mis padres, aquel PSOE que tenía la bandera de la igualdad, que remaba para defender a los más desfavorecidos, que desterraron las listas de espera de la Sanidad Universal, que llenaron de colegios nuestra tierra maravillosa, que coparon las universidades con hijos de obreros.

Donde están los socialistas del consenso. La cesta de la compra ha sacado de los supermercados a quienes no tienen una nómina superior a los 1.000 euros y se cuentan por millones. Se hacen campañas para llenar los Bancos de Alimentos, la ropa de segunda mano es inalcanzable para un amplio sector, se ha convertido en lujo, los albergues están llenos, los sin techo superan cifras de antes del 1935. Hay varios millones de personas que gracias a la paga de Navidad podrán tener un plato caliente y devolverles por unos días la dignidad, aquella que se ganaron durante 50 años de su vida laboral y que la pérdida del poder adquisitivo los ha mandando al infierno. Unos hablan de amnistía, independencia, derechos, poder absoluto, abundancia, caja llena, ideología. Nunca hablan de personas, situaciones dramáticas, nóminas, sueldo por jubilación. Se llenaron de industrias y universidades Cataluña y el País Vasco, tecnología, modernidad.

Llegó mano de obra de otras comunidades autónomas, así comenzó la España vaciada, la Extremadura sin comunicaciones ni servicios, las castillas humildes. Se cansó Andalucía y Murcia de mandar peones a las ricas nacionalidades. Se persigue al autónomo que quiere prosperar y se pretende imponer la cartilla de racionamiento. No me gusta lo que veo, me revelo por lo que pretenden. Señor Sánchez a otro perro con ese hueso. Los 850 asesores que le diseñan el cada día, simplemente tienen un buen puesto de trabajo, no piensan que sus inventos afectarán a miles y miles de familias que no llegan a final de mes con un Gobierno que dice defender a quienes menos tienen.

Que miren Sánchez y los suyos como estábamos hace 6 años y como estamos ahora. Estamos quebrados, eso si, la casta política costaba 21.000 millones de euros y ahora cuesta 65.000 millones. La deuda nunca podremos pagarla, comprar un piso en propiedad una utopía. Los sindicatos a sueldo y con un Ministerio, los informadores en plantilla, quién rechista censurado. No me cuenten ustedes milongas, hagan su trabajo y quién no es ejemplar condenado a la oscuridad. Ya está bien de ricos y pobres, de rojos y azules, de vascos y riojanos, de catalanes y gallegos. Basta ya de tocarnos las narices, se ajusten al presupuesto y lo repartan bien. No puede ser que para una sencilla operación hay que esperar 11 meses. Eso es injusto, tremendo. Por Rafael Gabaldón San Miguel.